Hace unos meses fuimos a visitar la exposición " El arte de
nuestro tiempo" celebrada en el Guggenheim Bilbao. Con motivo de la exposición sobre Niki De Saint Phalle, inaugurada ya hace un par de meses, regresamos y
echamos otro vistazo a la muestra de "El arte de nuestro tiempo" o más
bien a lo que queda de ella porque ya han retirado las salas que acogían obras
de la primera mitad del Siglo XX.
En esta ocasión he realizado un pequeña y
modesta crítica de las salas que abarcan la segunda mitad del siglo XX y lo que
llevamos del Siglo XXI. Como os digo, el Museo Guggenheim
Bilbao nos propone un recorrido por el arte más contemporáneo mostrando los fondos de los museos pertenecientes a la Solomon R. Guggenheim Foundation. Mediante un formato expositivo muy sencillo, se ofrecía una presentación en tres plantas, pero ahora tan solo podréis ver dos de ellas. El recorrido actual parte de mediados del siglo XX con la
exhibición de obras del Pop Art y finaliza en la planta inferior con la
exposición de piezas de este siglo.
Fragmento Ciento cincuenta Marilyns multicolores, Andy Warhol |
Son Robert Rauschenberg y Cy Twombly los creadores que
mejor reflejan al intenso debate de los años 60 sobre si era necesaria o no la
vuelta a la figuración. En esta ocasión se presentan dos de sus obras más
monumentales e importantes, Barge,
1962-83 (Barcaza) de Rauchenberg y Nine
Discourses on Commodus, 1963 (Nueve discursos sobre Comódo) de Twombly. En este silencioso
enfrentamiento, Robert Rauschenberg muestra una pintura combinada con
diferentes técnicas en la que introduce trozos de la realidad pero lejos de la
denuncia. Frente a él Cy Twombly le responde con un lenguaje expresionista
aparentemente banal pero encerrando un mensaje crítico.
Nueve discursos sobre Comódo, Cy Twombly |
Barcaza, Rauschenberg |
Demasiadas obras de Georg Baselitz cerca de Anselm Kiefer porque es este segundo quién atrae con su intensa materialidad al espectador a su sala, que en esta ocasión se encuentra en relación con la obra de Joseph Beuys, lo que hace sombra a los retratos de intensos colores dados la vuelta de Baselitz. En la misma planta, nos encontramos con la mirada intimista y pesimista de Christian Boltanski, con su obra Humans, 1994 (Humanos) a la cual se le puede considerar un buen ejemplo de su producción artística, y la serie de Alex Katz Smiles, 1994 (Sonrisas) con una percepción más optimista que el anterior. Como mediador de estas dos realidades está Mikel Navarro y su Ciudad Muralla (1995-2000) gracias a la cual consigue crear un espacio que invita a la imaginación.
Ciudad amurallada, Mikel Navarro |
En la planta inferior, el recorrido continúa y se aprecia el salto que se ha
dado en ciertos aspectos. En esta ocasión la presencia de artistas mujeres se
hace evidente así como la existencia de obras de otros mercados como el chino o
el nigeriano. No obstante, se nota un vacío que conecte la narrativa de
alguna de las piezas con el pasado, como claro ejemplo Mona Hatum, con su obra Home, 1999 (Hogar). Muy
probablemente se pueda enlazar la obra de esta artista con el contenido
subversivo de la creadora Niki De Saint Phalle la cual actualmente también se
encuentra exponiendo en el museo. Aún así dicha conexión no existe. Julie
Mehertu por su parte, se aleja de las reivindicaciones sociales y adentra su
discurso por otra línea más gestual y con mucho ritmo. Por último, se aprecia
la apertura del museo a mercados más actuales como el chino siendo su máximo
representante Ai Weiwei aunque en esta ocasión la pieza que expone queda
lejos de ser capaz de reflejar el activismo del artista. En la sala se puede
apreciar la capacidad que hay en estos nuevos mercados de sintetizar y aunar
tradición y modernidad, como es el caso de la obra de Ik- Joong Kang 1392 Moon Jars (Win, 2008-2010) que mediante un lenguaje
totalmente minimalista nos refleja la tradición de su país, Corea.
Aunque es evidente que todos los artistas aquí
representados son creadores consagrados y la mayoría gozan de un alto
reconocimiento, no figuran todos los autores y tampoco están recogidas todas
las tendencias surgidas a finales del siglo XX, como el neo-dadaísmo de Piero
Manzoni o el Arte cinético y óptico. Además, no se consigue
expresar la importancia de otras tendencias como el Arte Minimal que queda
representado tan sólo por la obra de Sol LeWitt Mural nº 831 (Wall Drawing nº 831,
1997).
Mural nº831, Sol Le Witt |
Por otro lado, con esta exposición se transmite una visión dulce de la
contemporaneidad en la que pese a mostrar la realidad más cercana a nuestro
tiempo no se exhiben temas transgresores o políticamente molestos ni tampoco
lenguajes más modernos como el videoarte o la performance, por ejemplo. Por
último, pese a que la exposición goza de grandes piezas puede que en ciertas
ocasiones las razones por las que se han adquirido dichas obras se alejen de lo
puramente artístico basándose en otros criterios como el marketing, pudiera ser
el caso de las piezas de Mona Hatoum o Ai Weiwei ya que la primera tiene un
discurso políticamente correcto y muy actual, y el segundo, es un artista con
cierta fama por su activismo social contra la opresión del régimen chino.
Algunas fotografía han sido tomadas de El Correo. Fotos cultura
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