Hoy se estrena en el blog una amiga y compañera Olatz Cortes. En esta ocasión seguimos en el arte contemporáneo pero en el apartado de
Mujeres artistas. Olatz para su estreno ha decidido presentarnos a Barbara Heptworth. Aquí os dejo su primera, espero que de muchas, entrada.
La obra seleccionada es la escultura Single Form (Forma
sencilla) realizada por Barbara Hepworth
(1903-1975) entre 1962 y 63 en homenaje a su amigo Dag Hammarskjöld, secretario
general de las Naciones Unidas. Hacia
1961 Hammarkjöld muere y la
Fundación Jacob y Hilda Blaustein encarga a Hepworth este
monumento conmemorativo que será colocado en la Plaza de las Naciones Unidas
de Nueva York, como podemos ver hoy día.
La trayectoria artística de Hepworth acumula una gran
cantidad de obras, todas ellas de gran interés, pero, se ha optado por esta por
lo siguiente: Es la escultura de mayor tamaño creada por esta artista, responde a su comisión pública más importante
y al ser una obra de su madurez refleja
muy bien todo lo que quería expresar a través de la abstracción. Es
sorprendente que en un lugar tan importante como la Plaza de Naciones Unidad de
Nueva York este situada la obra de una mujer, ya que son en los 60 cuando
comienza esa lucha interminable de la mujer artista por hacerse visible en el
mundo del arte totalmente dominado por el hombre. La monumentalidad que
presenta la obra es también importante
por el hecho de que jamás se le atribuiría ha una mujer esa característica. Las
grandes dimensiones siempre se han
identificado con el género masculino cuestionando la capacidad de una
mujer a la hora de crear algo con gran tamaño.
Destacamos que Hepworth nace y desarrolla su labor
artística en Gran Bretaña. Por eso mismo, la vinculamos con la nueva generación
de escultores británicos de los últimos años de la década de 1920, junto
artistas como Henry Moore y John Skeaping.
Fue Moore quien le enseño y le influencio en sus primeras producciones
artísticas: formas orgánicas que representaban la figura humana. También fueron
Jean Arp y Brancusi los primeros referentes de la escultora. En sí, la
escultora bebe un poco de las vanguardias que le interesan creando su propio
lenguaje.
La obra a tratar no la podríamos situar en un estilo
concreto pero el lenguaje que presenta es familiar a los términos del cubismo, constructivismo y abstracción
formal. De hecho, Hepworth a partir de
1930 junto con Ben Nicholson, formo
parte de los debates artísticos que las vanguardias internacionales desarrollaron
en Paris, conoció a Piet Mondrian, Auguste Herbin, Alberto Giacometti, Wassilli
Kandyski, P. Picasso y Georges Braque entre otros.
En cuanto a Single
Form, es una pieza única, monumental, de forma sencilla, que presenta una
perforación circular en un lado de la parte superior y se sujeta sobre sí
misma. Es decir, que la pieza llega hasta el suelo como ya lo hacían las
esculturas de Brancusi.
Estamos ante una fundición en bronce. Es más, a partir de
1956 la autora comienza a trabajar el bronce por las posibilidades que le
ofrece el material y porque es consciente de que la generación de jóvenes
artistas también utiliza este tipo de materiales.
Aun así, Hepworth se caracteriza por la utilización de
materiales tradicionales, como la madera, la piedra…Y para trabajarlos la
técnica que lleva a cabo es la talla directa.
Le interesa el contacto directo con la escultura porque de alguna manera
quiere crear un espacio íntimo entre las construcciones, quiere crear una
experiencia, quiere encontrar un ritmo e incluso exactitud matemática. Por eso
que sus piezas siempre muestren un acabado perfecto. A pesar de que en esta
pieza utilice el bronce estamos ante una obra totalmente acabada. Es más, no
renuncia a la talla, ya que son visibles unas pequeñas marcas en todo el cuerpo
escultórico. De esta manera, crea una superficie rugosa.
Para elaborar este tipo de esculturas Hepworth siempre
parte de la naturaleza. Esto nos recuerda al cubismo o al neoplasticismo de
Piet Mondrian. El paisaje deja de ser una forma figurativa para convertirte en una abstracción. Por lo
tanto, estamos ante una síntesis de las formas. Aunque la autora, no busca
formas ideales de la naturaleza sino ideas desde la misma, creando su propia
experiencia de paisaje.
Relacionado con la naturaleza y el ser humano a Hepworth
le interesa el mito de componentes pseudomagicos y pseudorreliogos a través de
monumentos ancestrales pétreos neolíticos como los Stonehenge. En sus piezas al
igual que en Single Form, siempre
podemos encontrar referencias prehistóricas de Stonehenge, de dólmenes o
menhires de Cornualles, donde se traslado a partir de 1931, así como los,
cantos rodados de la playa o del rio.
En este caso, la referencia directa podría ser los Mênan-
tol de Cornualles, que también presenta una perforación en la piedra. La
perforación en las esculturas es otras de las cualidades de la obra de Hepworth.
Fue unas de las primeras que realizo el agujero y lo hizo dos años antes que
Moore. La artista escribe en sus notas que tenia la necesidad de obtener una forma y
un espacio abstracto a través del agujero.
El vacio se vuelve un elemento más que compone la escultura y es tan importante
como la masa. Ya que, introduce luz y aire creando un espacio interior de la
construcción. La luz,
según la autora juega un papel fundamental porque con el movimiento del
sol el aspecto de la escultura esta en
continuo cambio. Por eso mismo, prefiere que sus obras estén expuestas al aire
libre.
Habría que mencionar que
la artista ya había realizado piezas similares a esta y que todas ellas responden
al desarrollo de Hepworth en la representación del torso humano. Como ya se ha
citado, las primeras obras de la artista están relacionadas con la figura
humana, sentada o de pie. En estas refleja su inclinación por las culturas no
occidentales, Sumeria, Egipto y como no, la cultura cicládica paleolítica. No
es de extrañar, ya que era un interés común entre los artistas de la
vanguardia.
Finalmente, se podría deducir y en una visión totalmente
subjetiva que Hepworth al extraer la materia se remite a significados
ancestrales y cósmicos, como parece que lo hacen las piedras del neolítico. Es
decir, que de alguna manera su abstracción supera lo terrenal.